XVIII. Friki del HTML y el diseño gráfico.
Con suerte, futuro ingeniero.









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Hace unos días hice una escapada a Cádiz y me encontré con un mercadillo de libros descatalogados donde tuve la suerte de pillarme Eón. Había visto que a algunos les había gustado bastante esta bilogía, así que como costaba unos eureles me lo llevé para casa y ahora sólo puedo arrepentirme de no haberme comprado ya de paso la segunda parte.

La autora nos introduce en un universo oriental donde la segunda fuerza más importante del Imperio después del Emperador son los Ojos de Dragón, doce humanos que son capaces de invocar el poder de uno de los doce dragones de la energía y de la buena suerte —que se corresponden con los animales del horóscopo chino. Cada año uno de esos dragones es el ascendente y elige a un chico para convertirse en el nuevo aspirante a Ojo de Dragón.

Eón es uno de los doce chicos que competirá para ser aprendiz de Ojo del Dragón Rata y adquirir el poder mágico, político y económico que eso supone a pesar de no tener precisamente todo a su favor. Aunque cuenta con el poder de ver a los doce dragones, algo fuera de lo común, Eón es cojo y eso conlleva una clara desventaja con respecto a sus contrincantes. Además Eón es en realidad Eona, una chica que lleva años escondiendo su condición para poder convertirse en un Ojo de Dragón, ya que decir la verdad puede suponerle la muerte.

Tenía muchísimas ganas de ponerme con algo de fantasía pero temía no conseguir engancharme, que suele pasarme casi siempre. Sin embargo con este libro no he tenido ese problema, entre otras porque la prosa usada es muy ligera aunque a veces la trama es un poco enrevesada y es necesario leer algunas partes dos o tres veces. Además aunque recuerde un tanto a Mulán, la historia es algo muy diferente a lo que se suele publicar últimamente.

Los personajes son uno de los puntos más fuertes de la historia, tanto la protagonista como los secundarios tienen una personalidad medianamente coherente para tratarse de un libro de fantasía. Además Alison Goodman da un paso de gigante al añadir a su historia un personaje transexual, a lo que hay que añadir la constante reflexión sobre la identidad de género que se da durante todo el libro.

Otro punto que me ha gustado muchísimo y que desgraciadamente se da muy poco en la literatura en general es la ausencia total y absoluta de romance. ¡Por fin nadie se enamora de nadie! Y lógico, porque con la que tienen montada en el Imperio a ver quién tiene tiempo. Por desgracia en la segunda parte, Eona, este punto no se mantiene igual, aparece romance y de la forma menos conocida en la literatura/cine... ¡Otro triángulo amoroso! Sólo espero que al menos tenga algo de sentido dentro de la trama.

Lo único que no me ha gustado de este libro es la edición, y no me refiero precisamente a la portada. Las erratas son muy comunes a lo largo de toda la historia e incluso se come algún guión de diálogo haciendo que la lectura sea un caos en algunas ocasiones. Además las páginas son demasiado translúcidas y eso de que se transparenten las letras no es lo mío.

Por suerte tengo la edición en inglés de Eona, la segunda parte de la bilogía, en camino.

3 comentarios:

  1. Pienso igual que tú :) y estoy deseando hincarle el diente al segundo.

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  2. Qué bonito... ¡Tengo ganas de leerlo! ¿Por qué no encuentro yo mercados de esos? Qué vida esta...

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